A la hora de tomar endeudamiento, al empresario le interesan tres cuestiones: el costo de la deuda, la moneda y el plazo para devolverla. En muchos casos, la emisión de Obligaciones en el mercado de capitales puede ofrecer mejores alternativas que el financiamiento bancario.
Actualmente, la dificultad de acceder a financiamiento constituye una de las principales restricciones al crecimiento de las empresas argentinas. Debido a las características de fondeo del sistema bancario argentino, los créditos suelen ser de corto plazo y altamente costosos en términos de tasa de interés nominal (mayoritariamente en pesos argentinos). En efecto, los bancos obtienen fondos de los depósitos de sus ahorristas y a través de la emisión de Obligaciones en el mercado de capitales (siendo la primera modalidad la predominante). Su negocio consiste, desde luego, en prestar este dinero a una tasa superior a la que deben pagar para conseguirlo, administrando adecuadamente los riesgos asociados y cumpliendo extensas regulaciones del Banco Central. Dadas estas condiciones que afectan el costo del capital, muchos proyectos de inversión dejan de ser atractivos para sus creadores (principalmente, aquellos que no poseen un retorno elevado en el corto plazo y maduran en un lapso mayor).
Ahora bien, ¿cómo conseguir mejores condiciones de financiamiento? Una alternativa es recurrir a la oferta pública en el mercado de capitales. La alternativa más frecuente es la emisión de Obligaciones Negociables que la empresa irá honrando hasta su vencimiento. Los inversores que operan en la bolsa mantienen carteras diversificadas. Así, al contrario del caso del banco que tiene límites para prestar a una empresa en particular, el mercado puede distribuir mejor entre distintos inversores los papeles que cotizan en el mercado secundario. Por lo tanto, en principio, los prestamistas en el mercado de capitales estarán dispuestos a financiar a la empresa a una tasa más baja y un plazo más largo, compatibilizando niveles de rentabilidad y generación de cash flow operativo con plazos de maduración de la deuda financiera. Entonces, dadas estas ventajas, ¿cómo se explica que las empresas no acudan masivamente a la oferta pública para conseguir fondos? El financiamiento en el mercado de capitales tiene una contrapartida que no existe en el caso de los préstamos bancarios. A la hora de pedir un crédito, la compañía debe presentar abundante información sobre la marcha del negocio, información que el banco utilizará para evaluar el riesgo crediticio y decidir la conveniencia otorgar el préstamo.
Pero estos datos quedan reservados para el uso exclusivo del banco y no son divulgados en el mercado. Además, los costos de la revisión de la fidelidad de la información presentada por la empresa son compartidos por la firma y la entidad financiera. Por el contrario, las regulaciones de los mercados de capitales exigen a las compañías brindar información periódica sobre la marcha de sus negocios. Cuanto más pequeño es el inversor al que se quiere captar, más abundante es la información a proporcionar. Ventajas y desventajas Por un lado, se somete a la obligación de revelar datos que, por el motivo que sea, preferiría mantener en privado. Por el otro, la empresa necesita crear una estructura para producir regularmente estos reportes con el consiguiente aumento de los costos. Ahora bien, suponiendo que la compañía no tema abrir sus cuentas al mercado, ¿cómo decidir la fuente más conveniente de financiamiento? Para una empresa que busca unos pocos cientos de miles de dólares, el financiamiento bancario suele ser más económico. Es demasiado costoso montar una estructura de elaboración de reportes trimestrales para una necesidad de dinero relativamente pequeña. Por el contrario, si se pretende conseguir fondos para un proyecto de varios millones de dólares, la oferta pública es un camino que vale la pena explorar. En general, los directivos de medianas empresas ni siquiera evalúan la emisión de Obligaciones pues la consideran demasiado lejana y costosa. Lo curioso es que empresas de mayor envergadura tampoco exploran en profundidad esta alternativa, aunque más no sea para tener un plan alternativo para negociar con sus bancos de confianza. Pero lo cierto es que, con un buen análisis, el empresario podría descubrir que la vía del mercado de capitales es más factible de lo que cree y hasta más económica que el tradicional camino del financiamiento bancario. Además, en la oferta pública existe la posibilidad de obtener fondos sin costo explícito ni fecha de reembolso a través de la emisión de acciones ordinarias.
jueves, 18 de septiembre de 2008
Algunas alternativas de financiamiento poco conocidas
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